TRATAMIENTO DE
MORDIDAS ABIERTAS POR DISFUNCIÓN Y HÁBITOS
TRATAMIENTO:
La primera etapa de tratamiento consiste en hacer conciente el problema
en el paciente, para que cada vez que deglute coloque su lengua en el
paladar y no entre los incisivos. Terapia miofuncional en forma interdisciplinaria
con un Terapista del lenguaje para que le enseñe al paciente, mediante
ejercicios, dónde colocar la lengua mientras deglute.
Desde el punto de vista ortodóntico se puede utilizar una barra
transpalatina con botón acrílico separado del paladar a
una determinada distancia del paladar e indicarle al paciente que cada
vez que deglute presione ese botón con la lengua, lo cual va a
tener dos efectos: un efecto intrusivo de las primeras molares superiores
que van a provocar un cierre de la mordida abierta anterior y un cambio
en el patrón de deglución. Por otra parte, mediante ortodoncia
fija, se colocarán los dientes en su posición correcta dentro
del arco Fig. (10)
![](imagenes/habitos/Imagen10.jpg)
Fig. (10) Barra transpalatina para corregir mordida
abierta anterior y deglución atípica.
RESPIRACIÓN ORAL
Las necesidades respiratorias son el principal factor determinante de
los maxilares y la lengua, parece muy razonable que un patrón respiratorio
alterado, como respirar por la boca, pueda modificar la postura de la
cabeza, los maxilares y la lengua. Todo ello altera a su vez el equilibrio
de las presiones que actúan sobre los maxilares y los dientes e
influir en el crecimiento y en la posición de unos y otros. La
respiración oral deprime la mandíbula y la lengua.
En condiciones de reposo, para respirar por la nariz se requiere más
esfuerzo que para hacerlo por la boca: los tortuosos conductos nasales
representan una resistencia al flujo respiratorio mientras cumplen su
función de calentar y purificar el aire inspirado.
Si la nariz está obstruída, aumenta el trabajo para respirar
por la misma y el individuo cambia a la respiración oral. La inflamación
prolongada de la mucosa nasal que se observa en las alergias o en las
infecciones crónicas pueden dar lugar a una obstrucción
respiratoria crónica. Normalmente, los niños tienen amígdalas
faríngeas o adenoides de gran tamaño y una obstrucción
parcial producida por las mismas, puede contribuir a la respiración
oral a esas edades. Los pacientes que padecen obstrucción nasal
crónica pueden seguir respirando parcialmente por la boca, incluso
después de haber desaparecido la obstrucción. En este sentido
es posible considerar a veces la respiración oral como un hábito.
Experimentos realizados con seres humanos han demostrado
que la obstrucción nasal va acompañado de un cambio de postura.
Por ejemplo, cuando la nariz queda completamente bloqueada, se produce
un cambio inmediato de unos 5° en el ángulo cráneovertebral.
Los maxilares se separan, tanto por la elevación de la maxila al
extenderse la cabeza, como por la depresión de la mandíbula.Fig.
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