![](recursos/margen.jpg) |
SINDROME DEL RESPIRADOR BUCAL (SRB)
Las investigaciones sobre los problemas de respiración bucal
relacionados con la salud general del individuo se remontan a inicio del
siglo XIX. Dentro de los investigadores, sin duda el más importante
de ellos es Pierre Robin, un médico francés que describió
un conjunto de signos y síntomas (síndrome) en los pacientes
que respiraban por la boca. De un modo simplificado, cita como consecuencias
del respirador bucal desde problemas respiratorios serios hasta problemas
cardíacos. Actualmente, algunos de los síntomas del síndrome
del respirador bucal (SRB) son conocidos como Síndrome de Pierre
Robin.
El conjunto de características físicas comunes de estos
pacientes, se conoce tambièn como Síndrome del Respirador
Bucal o de Disfunción Respiratoria, Síndrome dolicofacial.
La alta incidencia de anomalías dento-maxilo-faciales es un hecho
generalizado en nuestro país y en el mundo actual. Como el complejo
oro-facial está formado por diversos sistemas interactivos, cualquier
alteración, exige un análisis integral. El macizo facial
participa en diferentes actividades vitales; los problemas de respiración
nasal han sido sugeridos como un factor local importante asociado a maloclusiones,
con varias deformidades dentales y esqueletales. Debido a la alta incidencia
de estos pacientes a continuación las características clínicas
más significativas así como la etiología del Síndrome
del Respirador Bucal.
El recién nacido, en el momento del nacimiento, pone en marcha
su sistema respiratorio a través de las fosas nasales. Los receptores
neurales, instalados en las fosas nasales, enviarán información
a los centros vitales respectivos sobre la pureza, humedad, presión
y demás condiciones del aire inspirado. Si las condiciones del
aire inspirado están dentro de los límites fisiológicos,
se instaurará una función correcta y, en consecuencia, un
desarrollo normal.
El paso del aire por las fosas nasales excita las terminaciones nerviosas
allí situadas, las cuales generan determinadas respuestas, como
son: control de la amplitud del movimiento torácico, desarrollo
tridimensional de las fosas nasales (cuya base es el techo o bóveda
palatina), ventilación y tamaño de los senos maxilares e
innumerables estímulos vitales para todo el organismo.
Mediante la respiración, se obtienen los gases necesarios para
el mantenimiento de la vida y se eliminan al exterior gases de desecho.
El aparato respiratorio está formado por órganos que intercambian
gases entre la atmósfera y la sangre. Durante la respiración,
normalmente el aire pasa a través de la nariz --o puede pasar por
la boca-- y llega a la faringe, la cual se divide en varias zonas anatómicas:
nasofaringe, velofaringe, orofaringe y laringofaringe. (Figura 1).
![](imagenes/respiracionoral/Imagen1.jpg)
Figura 1: Anatomía de las vías aéreas superiores.
(1)nasofaringe (2) velofaringe (3) orofaringe (4) hipofaringe
La faringe es una vía para la entrada de aire, por
lo cual su obstrucción a cualquier nivel impedirá el paso
de éste al organismo.
El conducto nasal, desde el punto de vista higiénico o sanitario,
presenta indudables ventajas. El aire que se obtiene por su medio llega
a los pulmones ya filtrado en las fosas nasales y además caliente.
La respiración bucal no filtra el aire ni lo calienta. Sin embargo,
presenta también una ventaja respecto a la anterior, y es que en
muy poco tiempo puede inspirarse una cantidad de aire considerablemente
mayor (boca: 40-45 litros/minuto; nariz 20-25 litros /min.), ya que, en
condiciones de reposo, para respirar por la nariz se requiere más
esfuerzo que hacerlo por la boca.
|
![](recursos/spacer.gif) |